Tener sobrinos es una de las cosas más maravillosas que cualquier persona puede experimentar en su vida. Es, además, una fiesta para toda la familia. Especialmente, si cuando los tienes, eres aún joven para disfrutar con plenitud de su niñez y su cariño y aún no tienes hijos propios. Cuando observas a esos pequeños, siempre puedes ver en ellos cosas que te recuerdan a tus hermanos, a los miembros de tu propia familia o a ti mismo y derramas en ellos tu cariño.

Quien tiene la suerte de haber tenido una sobrina, sabrá que llegas a quererla tanto como a tu propia hija, que es encantador estar siempre a su lado mientras crece. Muchas veces, estas pequeñas criaturas, llegan a tener más confianza con sus tíos que con sus propios padres. La relación es puede llegar a ser algo muy especial con los tíos. Tal vez porque se ven más cercanos en edad y están despojados de la disciplina propia de sus padres, son vistos más como amigos que como familiares.

Ver crecer a una sobrina es una gran experiencia. El contraste entre la niña y la mujer que va creciendo dentro de ella es tan fascinante como encantador.

La mejor manera de mostrar todo tu amor a tu sobrina es dedicarle una bonita frase en el día de su cumpleaños. Frases en las que le muestras todo ese cariño que sientes por ella, bien cuando todavía son pequeñas, o en ese periodo tan cambiante en el que, poco a poco, van abandonando ese dulce reino de la niñez, para hacerse una linda mujercita. Siempre es importante estar al lado de ella en los momentos más importantes de su vida, dedicándoles esas frases que recordará con nostalgia durante toda su vida.

Si quieres inspirarte, para decir todo lo que sientes a tu querida sobrina, tienes montones de ejemplos, totalmente personalizables. Es muy fácil y bonito hacer que se sienta muy feliz en su mejor día, esa muñeca alojada desde siempre en tu corazón. Son frases sentidas, de todo corazón, que se adaptan a tus mejores deseos y puedes enviarlas a través de todos los medios que la tecnología actual te permite, desde el email, los móviles, o las distintas redes sociales, tan frecuentadas hoy en día.

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Que el retoño más bello de mi hermana
reciba mi calurosa felicitación,
esperando que disfrute de este día
feliz y llena de ilusión.
Te quiero, pequeña sobrina mía,
te lo digo desde el corazón.

—

Abre la puerta, sobrina,
que tu día va a empezar.
Despierta de tus lindos sueños,
ilumínanos con tu despertar.
En este señalado día amanece
una vida entera llena de ilusión,
hermosos deseos que brotan
muy dentro del corazón.
¡Feliz cumpleaños!

—

Pregunté a la luna y el sol
si es amor lo que luce tu sonrisa
con tanta belleza y emoción,
y los astros me confesaron,
entre destellos y caricias,
que sí, sin ninguna objeción.
¡Felicidades!

—

Ya llegó el día,
en cuya fecha naciste,
trayéndonos la alegría
y la felicidad sin límite.
Un feliz cumpleaños te deseo
desde lo más hondo de mi ser,
con todo mi más sincero empeño
de que seas feliz hasta la vejez.

—

Por fin llegó el esperado día,
idéntico al que te vimos nacer,
llenándonos de júbilo y alegría,
floreciendo un nuevo amanecer.

—

Que tu sonrisa brille siempre
radiante de ilusión y felicidad.
Queremos que tengas presente
que a tu lado siempre nos tendrás.

—

Hoy todo es de color
hoy todo es alegría
Hoy todo brilla con fulgor
porque cumple años mi sobrina.
Qué bonita es esta estación
que en calma te vio nacer.
Qué hermosa es la ilusión
de verte sonreír cada amanecer

—

En este nuevo día que me desvela
te deseo la mayor felicidad,
que te dure la vida entera
rodeada de amor y paz.
Es hermoso que cada año
vea tu sonrisa brillar,
con eso yo ya me apaño
no puedo pedir más.

—

Sé valiente ante los problemas
celebra la vida sin cesar.
Queremos verte siempre contenta,
sin parar ni un instante de gozar.
No olvides si te llega la tristeza
que tu tío y tu tía te apoyarán,
procurando que en ti permanezca
el fuerte deseo de avanzar.
¡Feliz cumpleaños!

—

Hoy te mando destellos de luz y felicidad,
para que ríos de amor inunden tu vida.
Que todos tus deseos se vuelvan realidad
y que en tu rostro impere una sonrisa.
¡Felicidades!

—

No existe ni pequeño ni gran regalo,
sino celebrar este día en compañía,
recibiendo con los tuyos el amparo
de una vida colmada de alegría.

—

Hay una hermosa jovencita
que nos ilumina con su resplandor.
Todas las penas se olvidan
si recibimos de cerca su calor.
Muchas felicidades, sobrina.

—

De un hermoso día,
un hermoso amanecer.
Un año más de vida
muchos más por tener.
Preparemos el festejo
con alegría y placer.
Valoremos el recuerdo
del día que te vio nacer

—

Una mañana surgió del silencio
un acorde lleno de color,
y se propagó con el viento
que alegra nuestro corazón.
La guitarra a este día nuevo
felicidades le susurró

—

Brotan pensamientos,
ilusiones y anhelos
de ver crecer un nuevo día
con tu hermosa compañía.
Te ofrezco este humilde regalo
por tenerte un instante en mi regazo.
¡Felicidades!

—

Aún recuerdo, sobrina, como me manchabas de papilla cuando eras pequeña.
Hoy eres toda una mujercita, pero siempre quedarán marcadas en mi corazón,
esas dulces señales de mi niña.
¡Felicidades!

—

Hoy que es tu cumpleaños,
tu tío quiere confesarte una cosa.
Cuando te contaba cuentos de princesas, tú eras siempre la que vivías en aquellos castillos.
¡Felicidades, princesa!

—

Cuando naciste, sobrina,
algo pequeñito se sembró en mi corazón.
Hoy que es tu cumpleaños y eres grande,
quiero que sepas que has ocupado completamente ese corazón.

—

¡Feliz cumple, sobrina!
Tu tío te desea una larga y feliz vida,
peinando esa hermosa cabellera frente al espejo de tu habitación.

—

Cuando naciste, tú fuiste
la cosita más pequeña que alegró mi corazón.
Me diste tanto, sobrina, que hoy yo te felicito,
y te doy las gracias por tanto amor.

—

Querría decirte las cosas más hermosas en el día de tu cumpleaños.
Pero tu tío no ha podido encontrar nada tan bonito como tú: ¡Felicidades, preciosa!

—

Fuiste el mejor regalo que jamás me habían hecho.
Muchas felicidades y gracias por haber estado ahí, mi querida sobrina.

—

Me has hecho tantas travesuras, trastadas y rabietas a lo largo de tu vida, sobrina,
que hoy solo puede decirte: gracias por hacerme tan feliz y ¡felicidades!

—

Hace tan poco llevabas pañales
y hoy, día de tu cumpleaños, eres toda una señorita.
Nos haces viejos, sobrina,
pero, sobre todo, nos haces muy felices.

—

Cuando naciste me sentí celoso de tus padres, por tener algo tan bonito.
Pero, luego comprendí que queriéndote también te compartía. Gracias, sobrina y muchas felicidades en tu día.

—

Te haces grande sobrina
y ya no podemos llevarte de la mano.
Pero, siempre estaremos a tu lado,
en tu larga vida de amor, suerte y felicidad.

—

Recuerdo aún cuando te llevaba en brazos y me sonreías.
Ya eres grande y por eso, hoy, al felicitarte en tu cumpleaños,
quiero que me regales de nuevo tu sonrisa.

—

Esa niña tan linda y tan querida,
se nos ha ido haciendo mujer, día tras día.
Hoy, con mi felicitación y mi alegría,
te diré que tu tío siempre te querrá como a aquella cría.

—

Desde lo más alto de las torres del castillo de arena que hacíamos en la playa,
desde detrás de los rizos de la muñeca que peinabas mientras me sonreías,
hoy tu tío te dice ¡feliz cumpleaños! y muchas gracias por regalarme tu alegría.

—

Cuando naciste, sobrina,
todos veíamos en tu rostro los rasgos propios de la familia.
Hoy en el día de tu cumpleaños,
llevas grabada, en esa cara, el orgullo y la ilusión de todos los que te queremos.

—

Mi querida sobrina,
te vi nacer, te vi crecer, te vi.
Hoy cumples años
y te deseo por siempre dicha feliz.

—

Hasta hace poco corrías por los prados
cuando antes gateabas por todos lados.
Y así han pasado hasta hoy los años.
¡Feliz aniversario!

—

Un día me dijeron que tía iba a ser,
que una sobrina a bien iba a nacer.
Así fue, en efecto, para mi placer,
ver a mi tesoro al año y al mes.
¡Feliz cumpleaños!, mi prenda, diez.

—

Hoy hace tantos años que mi sobrina nació…
A su casa voy con mis regalos guardados,
que espero sean de su agrado, del propio
y también del ajeno: de padres y abuelos.
¡Feliz cumpleaños!, mi niña, tesoro.

—

Guardo en mi corazón un huequito muy especial,
el cual lo rellena un ser realmente angelical.
Responde siempre al nombre de ¡sobrina mía!
y en verdad que es muy querida en la familia.
¡Feliz gran día este!

—

Pues resulta que mi sobrina este día nació
llenándonos de gran orgullo y satisfacción.
Y, aunque en verdad de la nobleza no sea,
aquí bella princesa bien se la considera.
¡Feliz cumpleaños, alteza!

—

Para ti, los montes, los ríos,
el cielo y el amor parental todo.
Eres de la familia, sobrina,
y en fecha tan señalada
bien te mereces regalos mil.
¡Feliz cumpleaños, beldad!

—

Papá y mamá están aquí;
abuelo y abuela, también.
Todos juntos celebraremos
el cumpleaños de mi sobri.
¡Feliz aniversario, enana!

—

¡Qué día tan maravilloso el de hoy!
En fecha tan señalada nació mi sobrina.
Por ello vamos a organizar una gran fiesta
con globos, payasos, tartas y bengalas.
¡Feliz cumpleaños, mi reina!

—

Te deseo felicidad completa y alegría máxima
en el gran día de tu santo bienaventurado.
¡Serás lo que tú quieras ser, pues demuestras
energía, ganas y entereza a raudales!
¡Que goces de una jornada inolvidable, sobrina!

—

Desde lo más hondo de mi corazón,
desde la pura entraña de mi alma,
casi como un grito o exclamación,
te exhalo mi deseo más colmado:
¡feliz cumpleaños, sobrina mía!

—

¡Feliz, feliz en este día!
Sobrina, que el Señor te bendiga,
y los santos en ti aniden
en forma de buenos sentimientos.

—

¡Felicidades, tesoro, sobrina!
A tu casa iremos y te colmaremos
de prebendas miles, de las físicas
y de las espirituales, inmateriales,
como el amor, el sentimiento y la dicha.

—

Nos deparas alegrías mil
todos los días, sobrina,
pero hoy resulta el culmen
pues es tu cumpleaños.
¡Felicidades a lo grande!

—

En este día tan especial
honrados nos sentimos en verdad todos
de verte así rodeada
de tus seres queridos al completo.
Cantemos todos juntos: ¡feliz cumpleaños!